El ser humano en general y el ciudadano de a pie muy
en particular vivimos en un mundo tan complejo que nos
cuesta entenderlo, nos encontramos desubicados, llenos de
desazón a causa de los sucesos que nos rodean, estamos
ávidos de información, de noticias que nos aclaren el como,
el porqué y el cuando, de que manera y con que frecuencia,
cuando está bien y cuando merece castigo. Dicho de otra
manera: si nos dejan sin información, sin guía que nos
permita pensar y decidir (de acuerdo que lamentablemente
pensar y decidir para mucha gente no es una buena opción)
nos acercamos a la animalidad.
Pero justo en este punto encontramos el problema, la información que nos suministran, cada vez más masivamente, está manipulada al servicio de ideas, deseos, partidos políticos, intereses crematísiticos y todos los etc. que queráis añadirle, por lo que no nos queda más remedio que A) mediante un sencillo sorteo escoger una de las opciones y pegarnos a ella con cola de impacto. B) olvidarnos de las informaciones que nos llegan y permanecer tranquilamente en los diversos estados cercanos a la animalidad. C) Pensar por nuestra cuenta.
Si escoges A podrás, aunque no sea cierto, auto convencerte de que eres listo y bueno, los tontos son los demás, un estado de conciencia tremendamente útil para no ser demasiado desgraciado. La contrapartida es que te llevaran al establo en cada ocasión que les convenga, hasta la vida te pedirán si así les parece. Si escoges B no te preocupará si eres más listo o menos que el resto de la humanidad y es una forma de vivir cómoda, no tienes no deseas, en fin ya sabemos. La contrapartida es la misma que en A. Si escoges C recibirás más hostias que un boxeador sonado que le debe dinero al arbitro, pero en los diversos momentos de conciencia te sientes orgulloso de ti mismo, y no te llevarán al establo, al menos no fácilmente, ni te pedirán que les entregues la vida. Normalmente te la arrebatan en el momento previo de pedírsela a A y B.
Las tres opciones mencionadas las he ordenado de mayor a menor por lo que entiendo es el número de adeptos que acumulan cada una de ellas.
Imagino que si este modesto escrito llegase a ojos de la clase periodística levantaría oleadas de indignación, algo que no me preocupa por más de una razón. En primer lugar no va a llegar. En segundo lugar mis oleadas de indignación cuando les leo o escucho a ellos, aunque modestas me justifican. En tercer lugar no soy famoso y por tanto sus diatribas no me pueden perjudicar. En cuarto lugar de vez en cuando todos debemos permitirnos un lujo, yo me lo estoy permitiendo en este momento.
Vale, ya sé que no todos son perversos, pero lo he dicho muchas veces y lo repito: cuando hay suficiente número de algo puedes generalizar y juzgar al colectivo a través de su mayoría.
"Un siglo más de periódicos y las palabras apestaran" Frederich Nietzsche.
Claro, ¿porqué os creéis que inventaron los ambientadores?. Y no me refiero a esos aparatitos que joden la capa de ozono, o al menos eso nos dicen, estaba pensando en los discursos de los políticos.
Por hoy ya vale colegas.
Sexo, marisco y rock and roll.
Pero justo en este punto encontramos el problema, la información que nos suministran, cada vez más masivamente, está manipulada al servicio de ideas, deseos, partidos políticos, intereses crematísiticos y todos los etc. que queráis añadirle, por lo que no nos queda más remedio que A) mediante un sencillo sorteo escoger una de las opciones y pegarnos a ella con cola de impacto. B) olvidarnos de las informaciones que nos llegan y permanecer tranquilamente en los diversos estados cercanos a la animalidad. C) Pensar por nuestra cuenta.
Si escoges A podrás, aunque no sea cierto, auto convencerte de que eres listo y bueno, los tontos son los demás, un estado de conciencia tremendamente útil para no ser demasiado desgraciado. La contrapartida es que te llevaran al establo en cada ocasión que les convenga, hasta la vida te pedirán si así les parece. Si escoges B no te preocupará si eres más listo o menos que el resto de la humanidad y es una forma de vivir cómoda, no tienes no deseas, en fin ya sabemos. La contrapartida es la misma que en A. Si escoges C recibirás más hostias que un boxeador sonado que le debe dinero al arbitro, pero en los diversos momentos de conciencia te sientes orgulloso de ti mismo, y no te llevarán al establo, al menos no fácilmente, ni te pedirán que les entregues la vida. Normalmente te la arrebatan en el momento previo de pedírsela a A y B.
Las tres opciones mencionadas las he ordenado de mayor a menor por lo que entiendo es el número de adeptos que acumulan cada una de ellas.
Imagino que si este modesto escrito llegase a ojos de la clase periodística levantaría oleadas de indignación, algo que no me preocupa por más de una razón. En primer lugar no va a llegar. En segundo lugar mis oleadas de indignación cuando les leo o escucho a ellos, aunque modestas me justifican. En tercer lugar no soy famoso y por tanto sus diatribas no me pueden perjudicar. En cuarto lugar de vez en cuando todos debemos permitirnos un lujo, yo me lo estoy permitiendo en este momento.
Vale, ya sé que no todos son perversos, pero lo he dicho muchas veces y lo repito: cuando hay suficiente número de algo puedes generalizar y juzgar al colectivo a través de su mayoría.
"Un siglo más de periódicos y las palabras apestaran" Frederich Nietzsche.
Claro, ¿porqué os creéis que inventaron los ambientadores?. Y no me refiero a esos aparatitos que joden la capa de ozono, o al menos eso nos dicen, estaba pensando en los discursos de los políticos.
Por hoy ya vale colegas.
Sexo, marisco y rock and roll.
Yo soy de la opción B. Aquí, en mi núcleo zoológico, son mayoría los que andan a cuatro patas y como veo que viven muy bien, los imito en lo que puedo.
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