jueves, 29 de diciembre de 2016

El gobierno cubano acaba de comunicar que por expreso deseo de Fidel Castro (así lo ha dejado escrito en su testamento, o eso nos dicen) se prohíbe la exhibición, adoración y demás muestras de gratitud hacia su figura.
¿Nos han tomado por imbéciles?. Si alguien se lo cree es motivo suficiente para pensar que la destrucción de la capa de ozono, además de provocar el calentamiento global del planeta y hacer subir el nivel de los océanos, baja el nivel de inteligencia del cerebro humano. ¿Fidel Castro dejando escrito en su testamento que no quería que su pueblo le adorase?. ¡Anda ya regaera que diría un castizo!.
Por cierto, creo un deber de sinceridad confesar que hasta hace poco estaba convencido que lo del calentamiento global era una cuestión relacionada con la practica del sexo a lo hippie, y que por tanto íbamos mejorando como especie. Pues resulta que no, que está más relacionado con la destrucción de la capa de ozono por contaminaciones diversas, por los sprays de todo tipo, ambientadores, mata hormigas, cosas así. Yo, en previsión, ya había ido a una farmacia coleguilla y me vendieron, sin necesidad de receta, una caja grande, tamaño impotente irredento, de Viagra. Fue más tarde que me enteré de lo de la capa de ozono. Ahora estoy tratando de cambiar la Viagra por unos cuantos ambientadores con olor a musgo, si hay alguien interesado...
Pero volvamos al Comandante.
¿De verdad hay alguien que se lo crea?. Para dudarlo solo hace falta ver una de esas fotografías del hombre, puesto de perfil buscando el ángulo más favorecedor, la barbilla alzada, desafiante, medallas reluciendo al sol, para ver que estamos hablando de especímenes distintos de los que quieren pasar desapercibidos. Para despejar dudas nada más es necesario recordar que el régimen que él sostuvo se basa en el culto a la personalidad al líder (a los demás les pueden joder pero al líder no, con el líder no se juega), recordemos que en China aun hay frescos de Mao grandes como una valla publicitaria de Coca Cola en el desierto de Mohave, allí donde el terreno está barato. En Moscú y alrededores se alzan enormes estatuas de Lenin y aun de Stalin, en Corea hasta los paquetes de cereales llevan la imagen del capocha del peinado raro (se debe estar civilizando ya que aun no se ha cargado a su peluquero). Y cuando hablamos de Fidel estamos hablando de un líder que se distinguió especialmente por lo mucho que le gustaba darse brillo, recuerden queridos niños, aquellos discursos de ocho horas de duración en los que al cabo de tres ya nadie tenía aguante para escuchar, y, o se habían dormido con los ojos abiertos, o estaban follando disimuladamente apoyados en una palmera. El tipo se escuchaba a si mismo y nunca tenía bastante.
Y ahora me cuenta el Régimen que en su testamento ha dejado dicho que no le nombren ni le adoren, que no le levanten estatuas ni escriban su nombre por las paredes de la maltratada Habana. ¡Venga hombre!.
Yo no sé a que viene la noticia, no tengo tanta información del esquema político que los dirigentes actuales de Cuba pretenden implantar, pero con la poca que tengo y una buena dosis de lógica (de eso si tengo bastante) no me queda otro remedio que pensar que nos han tomado por tontos.
Aunque debo hacer una reflexión: la noticia apareció someramente ayer, día veintisiete de Diciembre y hoy estamos a veintiocho, día de los Santos Inocentes. Vete a saber si aparte de los mulatas los españoles no les dejamos también más de una costumbre y allí también hacen inocentadas, y con la diferencia horaria hasta cuela. Pero parece que no, pues hoy han ampliado la noticia, yo no sé si ha sido en el mismo discurso de Raúl Castro que nos han mostrado en la TV en el que, aparte de la gracia de su difunto hermano, ha dicho: "los cubanos no debemos tener miedo la previsible entrada de capital extranjero en nuestro país" y poco después, y sin despeinarse: "Cuba nunca será un país capitalista, el capital no es nuestra vocación".
Yo no sé como decir de forma elegante sin aliviar toda la carga de cachondeo que tienen las dos frases, dichas en el mismo discurso, que el pobre hombre se ha hecho la picha un lío, así que me tendrán que perdonar la grosería. Pero esos chicos del uniforme verde se están haciendo tal lío que si siguen así, dentro de poco, tendrán que miccionar por los codos. O dejar que hablen las mujeres que tal vez tengan más sentido común.
Oigan ¿y no será que ahora según que caras molestan?
Por cierto, lo de los ambientadores con olor a musgo sigue vigente, espero ofertas.
Sexo, marisco y rock and roll.