DE
JUECES, ISLAM Y MIEDO. O VICEVERSA SI ASÍ LO PREFIEREN.
Según
van apareciendo las noticias acerca del brutal y previsible
atentado terrorista en Barcelona nos enteramos de que un juez
tenía una orden de expulsión para el cerebro del atentado, el
iman que lo organizó. Observen "un juez". No el juez fulano de
tal que presta sus servicios en el juzgado numero tal de donde
sea. No, "un juez". Fiel servidor de la ley que tan fielmente
siguen jueces, abogados, siquiatras y sicologos para que
cualquier delincuente esté convenientemente protegido de la
maldad de los ciudadanos. Ejemplo la carta de una educadora
social bienintencionada loando al terrorista de la furgoneta
al que ayudaba a integrarse en nuestra sociedad, sus lamentos
por la desviación de su tan querido muchacho, su pregunta
"¿que hemos hecho mal para que esto suceda?".
Pues,
tonta bienintencionada, ya que lo dices en plural, te aclaro
que yo no he hecho nada mal. Tú si, te metes a maestra si
saber que enseñas ni a quien se lo enseñas, desconoces que el
Islam no es solo solo una religión, si no un sistema político,
un estado (por mucho que se maten entre ellos) que está
obligado a islamizar al mundo derramando toda la sangre
inocente que haga falta. ¿Qué no son todos?. No, claro que no,
solo los que mandan y mueven a quien se tenga que mover.
Y por
cierto no hemos de tener miedo, nos dicen. "Yo no tengo miedo"
repiten. Pues yo si. Vamos a hacer un pequeño ejercicio. Imagina
que te dicen que en el centro comercial X mañana a las cinco
habrá un atentado. ¿Iras?. No, claro que no. ¿Por qué?. Pues
por miedo. O sea que tu ausencia de miedo se basa en que un
atentado se produce en un espacio corto, muy corto y dura
segundos, quizás un par, tres minutos, exagerando mucho. Y
el mundo es muy grande y el tiempo muy largo, así que
piensas que a ti no te va a tocar. Y repites "yo no tengo
miedo". Pues claro que lo tienes, estás acojonado hasta las
trancas, pero queda muy bien ser políticamente correcto y
repetirlo.
Tengo
mucho que decir al respecto, pero vamos a dejarlo así.
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sábado, 26 de agosto de 2017
EL FUTBOL Y LA LITERATURA
Me
gustaría empezar diciendo que el fútbol es para vivirlo, no
para leerlo ni para explicarlo, se puede debatir acerca de él,
claro, pero darle forma de obra literaria no me parece
adecuado. A partir de este punto es lógico pensar que no
existe relación entre literatura y fútbol, pero hay una
excepción un punto de contacto: el desprecio y hasta odio que
los intelectuales snobs muestran hacia él, olvidándose de que
en el fondo, el fútbol, como otros tantos deportes, no es más
que una muestra de la competitividad que caracteriza all ser
humano, sea snob o no, en cualquier aspecto de la vida. No
quiero decir que si no te gusta el fútbol eres un snob, o que
si eres un intelectual, y el deporte no te interesa, eres un
snob, a cada quien le gusta lo que el cuerpo le pide y punto.
Pero cuando pones en la diana algo que no te gusta, lo tomas
como paradigma de la estupidez, y marcas una linea divisoria
entre "nosotros" y "ellos", y que nadie dude de que nosotros
somos los buenos, eres un puto snob.
Los snobs han tenido una frase mítica que han usado como dogma de fe y bandera, elementos muy útiles cuando no se tienen mejores argumentos, en la primera te puedes refugiar, la segunda la haces ondear la viento y queda muy bonito. La frase en cuestión es: "el fútbol es popular porque la estupidez es popular". La frase es de un gran escritor que ha pasado a la historia como una de los grandes snobs del mundo literario, Jorge Borges. Otra frase suya es aquella en la que se pregunta ¿que gracia tienen 22 hombres en calzoncillos detrás de una pelota de cuero?, frase que por otros motivos, más allá del esnobismo, adoptaron masivamente las mujeres, ahora hablaremos de ellos. Es curioso resaltar que por dinero, Borges escribió junto a Bioy Casares un cuento en una antología basada en el mundo del fútbol, y como muestra de su insuperable snobismo su cuento se llamaba "Esser est percipi", así, en latín para mostrar su supremacía sobre los boludos que escribían sobre fútbol y se atrevían a que les gustase. De paso dejaba claro su irreductible esnobismo.
Los snobs durante tiempo han tenido una masa social importantisima que por razones propias les han apoyado: una buena parte del cincuenta por ciento de la población mundial, o sea las mujeres. Ellas han sido las mayores de difusoras de la frase de los 22 señores, los calzoncillos y la pelota. Pero este apoyo se ha terminado ya que en la actualidad las mujeres se han incorporado masivamente al mundo del deporte. Los pobres snobs se han quedado solos, una gran parte de mujeres ya no les apoyan. Han perdido una batalla tan importante que ya empiezan a preguntarse que va a ser de ellos en la vida y están cambiando de bando como si siempre les hubiese gustado el fútbol. Luego, si aun no os habéis aburrido y/o indignado daremos ejemplos.
De momento centrémonos en los motivos por los que las mujeres han abandonado a los snobs, se han olvidado de la ingeniosa frase de los 22 señores corriendo detrás de una pelota y han dejado de quejarse de que todo el día están dando fútbol por la tele, algo que en algún momento fue cierto, como cierto era que los hombres abandonábamos temporalmente a nuestra esposa y nos amancebábamos con el televisor. Probablemente desde un punto de vista ético no deberíamos haberlo hecho, pero lo hacíamos.
Hoy en día la base de la denuncia no se cumple, se cumplía pero ya no. Los programas orientados a satisfacer al elemento femenino ocupan más espacio en la parrilla de programación que los que se dedican al fútbol y otros deportes, teniendo estos, además un tiempo cada vez mayor dedicado al fútbol femenino, también al baloncesto femenino, cuya selección nacional es la mejor del mundo si exceptuamos a Estados Unidos. Tampoco podemos olvidarnos del balonmano, gran equipo el nuestro, el tenis y unos cuantos deportes más con gran y exitosa presencia femenina. Existe, desde hace unos pocos años, una liga de primera división de fútbol femenino en la que juegan el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Atlético de Bilbao, el Valencia etc. y parece ser que el Madrid ha anunciado que el próximo año ellos también estarán. Se empieza a mover dinero serio en esta liga, hay traspasos importantes, hay ligas femeninas de juveniles, de cadetes, competiciones internacionales a muy buen nivel, títulos europeos, mundiales. Las mujeres, especialmente las jóvenes, acuden en masa a los estadios a ver partidos de fútbol, con sus amigas, sus novios. Entonces ¿como las señoras van a criticar a los 22 señores, tal vez señoritas, que corren detrás de un balón en gayumbos?. Tal vez quien lo hace sea su hija, su nieta, una amiga de su hija, de su nieta. Pues ya no critican a los deportes y sus programas, mayoritariamente no lo hacen. Y quienes en tantas ocasiones nos abandonan temporalmente para amancebarse con el televisor, ahora de pantalla plana y más grande, (para que luego digan que el tamaño no importa), son ellas. Tal vez desde un punto de vista ético no deberían hacerlo, pero lo hacen. Somos igual de éticos, ellas y nosotros. O sea, poco. Por algo pertenecemos ambos al genero humano.
Pobres snobs, se han quedado solos. Recuerdo la letra de una canción del gran cantante de blues Lightnin Hopkins, en la que según su costumbre de parar de cantar a mitad de canción y hablar con el público, le contaba refiriéndose a si mismo en primera persona: "Pobre Lightnin" tan solo, siempre buscando a una mujer y únicamente tiene a su guitarra". Desafortunadamente para ellos la mayoría de snobs no tocan la guitarra, así que ni ese consuelo les queda. Quizás tendrán que buscar el apoyo de un colectivo menor que el de las féminas. No sé, se me ocurre que tal vez los estudiosos de fenómenos ovni, o los adoradores de cánticos espirituales maoris..
Se dice, sin embargo que muchos escritores han dedicados sus mejores esfuerzos en hablar de fútbol. No es cierto, ni de lejos, en realidad son contadísimas las excepciones. En todo caso lo que si han hecho algunos algunos ha sido situar la acción de su novela en un entorno más o menos futbolero, como hizo Vázquez Montalban con su "El delantero centro fue asesinado al atardecer", o la más famosa a nivel internacional "El miedo del portero ante el penalti", del alemán Peter Handke, en la que el fútbol es una simple excusa y no tiene nada que ver con el desarrollo del argumento. También podríamos mencionar la super ventas, (creo que se llegó a una cifra de ventas cercana a las 500) "Ruido de Cañerias" de Luis Gutierrez Maluenda.
Como ejemplo de la escasísimas novelas que hablan de fútbol se me ocurre una novela del argentino Osvaldo Soriano, divertidísima novela donde se habla del juego, de la pasión, de las visicitudes de quien lo practica sin medios, está escrita con un sentido del humor que caracteriza al genial escritor argentino. También recuerdo un capitulo de Chatanoga Chu Chu, en la que Raul Argemi monta un partido en la soledad de las profundidades de la Pampa. Para hacerlo, al igual que Soriano se refugia en el humor (algo no demasiado del agrado de los snobs, quienes, en general, no han venido al mundo para reírse). Volvemos al principio, es muy difícil escribir una novela con el fútbol de protagonista, es un deporte que existe para vivirlo, no para escribirlo.
Vamos a repasar ejemplos de escritores que sin tener puta idea de fútbol le han usado para crear un ambiente y en muchas ocasiones para burlarse y demostrar que él es de los buenos, esa clase de seres superiores que han llegado al mundo para hacer de faro y guía a sus congéneres poco evolucionados. También citaremos a escritores, a intelectuales que siendo apasionados del fútbol jamás lo usaron en su obra.
Pier Paolo Pasolini hasta fue jugador de fútbol, pero su obra intelectual está muy alejada del deporte. Tal vez tuvo miedo de que se burlasen de él. A Roberto Bolaño si le gustaba el fútbol y le respetaba, pero al parecer solo lo refleja en parte en un cuento corto que no he leído y no voy a leer ya que en cuestión de fútbol prefiero el estadio o el televisor, y en cuestión de escritores prefiero a Lehane antes que a Bolaño. Shakespeare nombró el fútbol en alguna ocasión pero sin entrar en mayores consideraciones, a pesar de que los escritores ingleses son de los que más entornos crean alrededor del fútbol.
Javier Marias a escrito un estudio futbolero que se llama "Salvajes y sentimentales", ya que él es un buen aficionado, pero es más un estudio filosófico que un libro de fútbol, porqué, lo repito, el fútbol se tiene que vivir, no es para escribirlo. Albert Camus le pidió al mundo que respetase el fútbol como paradigma de la moral del ser humano y sus obligaciones, nada menos que Albert Camus (si alguien cree que Camus era un ser poco evolucionado por apasionarle el fútbol, por favor que se levante y venga a explicarlo, le cedo mi sitio).
Repasemos frases y escritores relacionadas con el fútbol que dejan ver más allá de las propias palabras. Terry Pratcher le hace decir a su personaje: "lo importante del fútbol no es el fútbol , es sentirse parte de una multitud. Es el conjunto, el todo". Bueno, vale, muy bonito, pero no es cierto, al menos no lo es para quienes nos gusta el fútbol por si mismo, la multitud ayuda a sentir en mayor medida un estado de histeria. Me pongo como ejemplo, yo veo los partidos sentado ante mi tv de 50 pulgadas, solo, con un vaso de whisky y una caja de trufas, no chillo, no me abrazo al vecino, disfruto del partido, no del más que dudoso honor de la aglomeración con otros seres nacidos de madre.
Vladimir Nabokov dice: "De todos los deportes que practiqué en Cambridge el fútbol ha seguido siendo un ventoso claro en mitad de un periodo notablemente confuso". Supongo que algún snob estará pensando que cuando lo dijo ya conocía a Lolita. Y quizás tenga razón, pero se pueden practicar los dos deportes, es solo cuestión de organizarse.
Ana María Moix dice que ver un partido por televisión la relaja. Nada que objetar, hay a quien le relaja el café.
Snobs a los que les gusta el fútbol también los hay, son gente que ha decidido que no se van a perder nada, y creo que hacen muy bien. El primero que voy a citar es Andrés Neuman, el segundo sera Rafael Alberti. El primero, Neuman, como buen argentino, adora el fútbol y como buen argentino es un constructor de frases que deben leerse con mucha atención antes de decidir que haces con ellas. Cito sus palabras: "Por eso Maradona, además de un imposible cuento fantástico en diez segundos, con aquel gol zigzagueante acababa de escribir sin saberlo el nuevo Martín Fierro. Todo un poema épico, que además de ser relatado hasta la saciedad en las calles, venía a dibujar el espejismo de la reconstrucción". Yo, desde que lo lei ando buscando el espejismo de la reconstrucción en el gol de Maradona y hasta el momento no me acabo de aclarar. Ya me contareis si lo lográis.
Respecto a Rafael Alberti, español insigne y poeta laureado os leo unas estrofas (confieso incompletas) del poema que le dedicó a un más o menos discreto portero húngaro llamado Platko, más famoso como entrenador y como héroe de Alberti que como guardameta: "Nadie te olvida Platko, no nadie, nadie, nadie, oso rubio de Hungría. Ni el mar que frente a ti saltaba sin poder defenderte,. Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más regía. Ni el mar ni el viento Platko, rubio Platko de sangre, guardameta en el polvo, pararrayos". Yo, que me declaró poéticamente insensible, a estas estrofas les noto un olor a gallinero, (por la pluma me refiero), y por mi falta de aprecio a los osos rubios de Húngria que me hacen calificar a Alberti como Capitán General de los snobs por mucho que los osos rubios de Hungria le alteren.
Hablemos de Sartre, que lo suyo es de puntuación alta. El hombre decía ser aficionado del Saint Germain y acudir el domingo al estadio para inspirarse. Una de sus frases en su obra "Crítica de la razón dialéctica" afirma que en el fútbol todo se complica por la presencia del adversario. Pues, si señor, tiene razón, sabia frase emparentada con aquella que dice que si mi abuela tuviese bigote sería mi abuelo. Por cierto, si Sartre iba a ver al Saint Germain era por ser este equipo el representante de las izquierdas cultas. Yo creo que si Sartre levantase la cabeza y viese a su equipo convertido en el Paris Saint Germain, propiedad de un principe árabe derechista y multimillonario iría corriendo a refugiarse en los huesos de Stalin.
Desplacémonos a Uruguay, allí vivía Eduardo Galeano, hombre aferrado al fútbol con pasión y que nos dejó frases de inmenso atrevimiento, por supuesto mucho mejores que el resto de su obra, más cercana al periodismo sectario que a la literatura. Cito dos. "Se puede cambiar de religión o de mujer, no de equipo". Muy buena la frase pero muchos periodistas deportivos le pueden demostrar que no es cierta, de los políticos no hablemos. En otra de sus frases compara la satisfacción que se siente con el gol obtenido y el orgasmo. Yo que he tenido la fortuna de experimentar ambas sensaciones puedo asegurar que no tiene nada que ver, entre otras cosas porque si al experimentar un orgasmo se te ocurre ponerte a chillar Goool Goool, igual te quedas sin amante.
Queridos: sexo, marisco y rock and roll, lo del fútbol y el snobismo cada cual a su bola. Por si a alguien le interesa colgaré este articulo en mi blog "Asesinatos y otros altercados" Por cierto se admiten cajas de trufas para mi próximo partido de fútbol, el whisky ya lo pondré yo.
Los snobs han tenido una frase mítica que han usado como dogma de fe y bandera, elementos muy útiles cuando no se tienen mejores argumentos, en la primera te puedes refugiar, la segunda la haces ondear la viento y queda muy bonito. La frase en cuestión es: "el fútbol es popular porque la estupidez es popular". La frase es de un gran escritor que ha pasado a la historia como una de los grandes snobs del mundo literario, Jorge Borges. Otra frase suya es aquella en la que se pregunta ¿que gracia tienen 22 hombres en calzoncillos detrás de una pelota de cuero?, frase que por otros motivos, más allá del esnobismo, adoptaron masivamente las mujeres, ahora hablaremos de ellos. Es curioso resaltar que por dinero, Borges escribió junto a Bioy Casares un cuento en una antología basada en el mundo del fútbol, y como muestra de su insuperable snobismo su cuento se llamaba "Esser est percipi", así, en latín para mostrar su supremacía sobre los boludos que escribían sobre fútbol y se atrevían a que les gustase. De paso dejaba claro su irreductible esnobismo.
Los snobs durante tiempo han tenido una masa social importantisima que por razones propias les han apoyado: una buena parte del cincuenta por ciento de la población mundial, o sea las mujeres. Ellas han sido las mayores de difusoras de la frase de los 22 señores, los calzoncillos y la pelota. Pero este apoyo se ha terminado ya que en la actualidad las mujeres se han incorporado masivamente al mundo del deporte. Los pobres snobs se han quedado solos, una gran parte de mujeres ya no les apoyan. Han perdido una batalla tan importante que ya empiezan a preguntarse que va a ser de ellos en la vida y están cambiando de bando como si siempre les hubiese gustado el fútbol. Luego, si aun no os habéis aburrido y/o indignado daremos ejemplos.
De momento centrémonos en los motivos por los que las mujeres han abandonado a los snobs, se han olvidado de la ingeniosa frase de los 22 señores corriendo detrás de una pelota y han dejado de quejarse de que todo el día están dando fútbol por la tele, algo que en algún momento fue cierto, como cierto era que los hombres abandonábamos temporalmente a nuestra esposa y nos amancebábamos con el televisor. Probablemente desde un punto de vista ético no deberíamos haberlo hecho, pero lo hacíamos.
Hoy en día la base de la denuncia no se cumple, se cumplía pero ya no. Los programas orientados a satisfacer al elemento femenino ocupan más espacio en la parrilla de programación que los que se dedican al fútbol y otros deportes, teniendo estos, además un tiempo cada vez mayor dedicado al fútbol femenino, también al baloncesto femenino, cuya selección nacional es la mejor del mundo si exceptuamos a Estados Unidos. Tampoco podemos olvidarnos del balonmano, gran equipo el nuestro, el tenis y unos cuantos deportes más con gran y exitosa presencia femenina. Existe, desde hace unos pocos años, una liga de primera división de fútbol femenino en la que juegan el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Atlético de Bilbao, el Valencia etc. y parece ser que el Madrid ha anunciado que el próximo año ellos también estarán. Se empieza a mover dinero serio en esta liga, hay traspasos importantes, hay ligas femeninas de juveniles, de cadetes, competiciones internacionales a muy buen nivel, títulos europeos, mundiales. Las mujeres, especialmente las jóvenes, acuden en masa a los estadios a ver partidos de fútbol, con sus amigas, sus novios. Entonces ¿como las señoras van a criticar a los 22 señores, tal vez señoritas, que corren detrás de un balón en gayumbos?. Tal vez quien lo hace sea su hija, su nieta, una amiga de su hija, de su nieta. Pues ya no critican a los deportes y sus programas, mayoritariamente no lo hacen. Y quienes en tantas ocasiones nos abandonan temporalmente para amancebarse con el televisor, ahora de pantalla plana y más grande, (para que luego digan que el tamaño no importa), son ellas. Tal vez desde un punto de vista ético no deberían hacerlo, pero lo hacen. Somos igual de éticos, ellas y nosotros. O sea, poco. Por algo pertenecemos ambos al genero humano.
Pobres snobs, se han quedado solos. Recuerdo la letra de una canción del gran cantante de blues Lightnin Hopkins, en la que según su costumbre de parar de cantar a mitad de canción y hablar con el público, le contaba refiriéndose a si mismo en primera persona: "Pobre Lightnin" tan solo, siempre buscando a una mujer y únicamente tiene a su guitarra". Desafortunadamente para ellos la mayoría de snobs no tocan la guitarra, así que ni ese consuelo les queda. Quizás tendrán que buscar el apoyo de un colectivo menor que el de las féminas. No sé, se me ocurre que tal vez los estudiosos de fenómenos ovni, o los adoradores de cánticos espirituales maoris..
Se dice, sin embargo que muchos escritores han dedicados sus mejores esfuerzos en hablar de fútbol. No es cierto, ni de lejos, en realidad son contadísimas las excepciones. En todo caso lo que si han hecho algunos algunos ha sido situar la acción de su novela en un entorno más o menos futbolero, como hizo Vázquez Montalban con su "El delantero centro fue asesinado al atardecer", o la más famosa a nivel internacional "El miedo del portero ante el penalti", del alemán Peter Handke, en la que el fútbol es una simple excusa y no tiene nada que ver con el desarrollo del argumento. También podríamos mencionar la super ventas, (creo que se llegó a una cifra de ventas cercana a las 500) "Ruido de Cañerias" de Luis Gutierrez Maluenda.
Como ejemplo de la escasísimas novelas que hablan de fútbol se me ocurre una novela del argentino Osvaldo Soriano, divertidísima novela donde se habla del juego, de la pasión, de las visicitudes de quien lo practica sin medios, está escrita con un sentido del humor que caracteriza al genial escritor argentino. También recuerdo un capitulo de Chatanoga Chu Chu, en la que Raul Argemi monta un partido en la soledad de las profundidades de la Pampa. Para hacerlo, al igual que Soriano se refugia en el humor (algo no demasiado del agrado de los snobs, quienes, en general, no han venido al mundo para reírse). Volvemos al principio, es muy difícil escribir una novela con el fútbol de protagonista, es un deporte que existe para vivirlo, no para escribirlo.
Vamos a repasar ejemplos de escritores que sin tener puta idea de fútbol le han usado para crear un ambiente y en muchas ocasiones para burlarse y demostrar que él es de los buenos, esa clase de seres superiores que han llegado al mundo para hacer de faro y guía a sus congéneres poco evolucionados. También citaremos a escritores, a intelectuales que siendo apasionados del fútbol jamás lo usaron en su obra.
Pier Paolo Pasolini hasta fue jugador de fútbol, pero su obra intelectual está muy alejada del deporte. Tal vez tuvo miedo de que se burlasen de él. A Roberto Bolaño si le gustaba el fútbol y le respetaba, pero al parecer solo lo refleja en parte en un cuento corto que no he leído y no voy a leer ya que en cuestión de fútbol prefiero el estadio o el televisor, y en cuestión de escritores prefiero a Lehane antes que a Bolaño. Shakespeare nombró el fútbol en alguna ocasión pero sin entrar en mayores consideraciones, a pesar de que los escritores ingleses son de los que más entornos crean alrededor del fútbol.
Javier Marias a escrito un estudio futbolero que se llama "Salvajes y sentimentales", ya que él es un buen aficionado, pero es más un estudio filosófico que un libro de fútbol, porqué, lo repito, el fútbol se tiene que vivir, no es para escribirlo. Albert Camus le pidió al mundo que respetase el fútbol como paradigma de la moral del ser humano y sus obligaciones, nada menos que Albert Camus (si alguien cree que Camus era un ser poco evolucionado por apasionarle el fútbol, por favor que se levante y venga a explicarlo, le cedo mi sitio).
Repasemos frases y escritores relacionadas con el fútbol que dejan ver más allá de las propias palabras. Terry Pratcher le hace decir a su personaje: "lo importante del fútbol no es el fútbol , es sentirse parte de una multitud. Es el conjunto, el todo". Bueno, vale, muy bonito, pero no es cierto, al menos no lo es para quienes nos gusta el fútbol por si mismo, la multitud ayuda a sentir en mayor medida un estado de histeria. Me pongo como ejemplo, yo veo los partidos sentado ante mi tv de 50 pulgadas, solo, con un vaso de whisky y una caja de trufas, no chillo, no me abrazo al vecino, disfruto del partido, no del más que dudoso honor de la aglomeración con otros seres nacidos de madre.
Vladimir Nabokov dice: "De todos los deportes que practiqué en Cambridge el fútbol ha seguido siendo un ventoso claro en mitad de un periodo notablemente confuso". Supongo que algún snob estará pensando que cuando lo dijo ya conocía a Lolita. Y quizás tenga razón, pero se pueden practicar los dos deportes, es solo cuestión de organizarse.
Ana María Moix dice que ver un partido por televisión la relaja. Nada que objetar, hay a quien le relaja el café.
Snobs a los que les gusta el fútbol también los hay, son gente que ha decidido que no se van a perder nada, y creo que hacen muy bien. El primero que voy a citar es Andrés Neuman, el segundo sera Rafael Alberti. El primero, Neuman, como buen argentino, adora el fútbol y como buen argentino es un constructor de frases que deben leerse con mucha atención antes de decidir que haces con ellas. Cito sus palabras: "Por eso Maradona, además de un imposible cuento fantástico en diez segundos, con aquel gol zigzagueante acababa de escribir sin saberlo el nuevo Martín Fierro. Todo un poema épico, que además de ser relatado hasta la saciedad en las calles, venía a dibujar el espejismo de la reconstrucción". Yo, desde que lo lei ando buscando el espejismo de la reconstrucción en el gol de Maradona y hasta el momento no me acabo de aclarar. Ya me contareis si lo lográis.
Respecto a Rafael Alberti, español insigne y poeta laureado os leo unas estrofas (confieso incompletas) del poema que le dedicó a un más o menos discreto portero húngaro llamado Platko, más famoso como entrenador y como héroe de Alberti que como guardameta: "Nadie te olvida Platko, no nadie, nadie, nadie, oso rubio de Hungría. Ni el mar que frente a ti saltaba sin poder defenderte,. Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más regía. Ni el mar ni el viento Platko, rubio Platko de sangre, guardameta en el polvo, pararrayos". Yo, que me declaró poéticamente insensible, a estas estrofas les noto un olor a gallinero, (por la pluma me refiero), y por mi falta de aprecio a los osos rubios de Húngria que me hacen calificar a Alberti como Capitán General de los snobs por mucho que los osos rubios de Hungria le alteren.
Hablemos de Sartre, que lo suyo es de puntuación alta. El hombre decía ser aficionado del Saint Germain y acudir el domingo al estadio para inspirarse. Una de sus frases en su obra "Crítica de la razón dialéctica" afirma que en el fútbol todo se complica por la presencia del adversario. Pues, si señor, tiene razón, sabia frase emparentada con aquella que dice que si mi abuela tuviese bigote sería mi abuelo. Por cierto, si Sartre iba a ver al Saint Germain era por ser este equipo el representante de las izquierdas cultas. Yo creo que si Sartre levantase la cabeza y viese a su equipo convertido en el Paris Saint Germain, propiedad de un principe árabe derechista y multimillonario iría corriendo a refugiarse en los huesos de Stalin.
Desplacémonos a Uruguay, allí vivía Eduardo Galeano, hombre aferrado al fútbol con pasión y que nos dejó frases de inmenso atrevimiento, por supuesto mucho mejores que el resto de su obra, más cercana al periodismo sectario que a la literatura. Cito dos. "Se puede cambiar de religión o de mujer, no de equipo". Muy buena la frase pero muchos periodistas deportivos le pueden demostrar que no es cierta, de los políticos no hablemos. En otra de sus frases compara la satisfacción que se siente con el gol obtenido y el orgasmo. Yo que he tenido la fortuna de experimentar ambas sensaciones puedo asegurar que no tiene nada que ver, entre otras cosas porque si al experimentar un orgasmo se te ocurre ponerte a chillar Goool Goool, igual te quedas sin amante.
Queridos: sexo, marisco y rock and roll, lo del fútbol y el snobismo cada cual a su bola. Por si a alguien le interesa colgaré este articulo en mi blog "Asesinatos y otros altercados" Por cierto se admiten cajas de trufas para mi próximo partido de fútbol, el whisky ya lo pondré yo.
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