SEXTO
Maruchi me había dado las
indicaciones para reunirme con Paquete. El ex policía nacional
pasaba las tardes en un bar situado en la calle Riera Alta,
acostumbraba a llegar sobre las cinco y se marchaba a lo más tardar
a las ocho. Le reconocería por la chupa de cuero, al parecer era su
símbolo de identidad, la vestía tanto en invierno como en verano,
la de verano era más ligera pero la llevaba igualmente. Si tenía
alguna duda el barman me lo señalaría.
No me sorprendió demasiado la
descripción del atuendo del tal Paquete. Una chupa de cuero minimiza
tanto el bulto de una pistola como el de una Biblia prendida a la
cintura. Y a juzgar por la historia que me había contado Maruchi, la
pistola la necesitaba. A lo largo de su carrera habría hecho un buen
número de amigos.
Respecto a la necesidad que
pudiese tener de una Biblia tenía serias dudas.
El bar situado en la calle
Riera Alta, visto desde el exterior daba la impresión de ser algo
siniestro. Una vez dentro sentías el deseo de echar a correr. El
serrín repartido a pie de barra y a lo largo de ella era con toda
evidencia el substituto de una escupidera, aunque nadie daba la
impresión de echarla a faltar. Sentado a una mesa del fondo del
local, desde donde se podía controlar con claridad y sin esfuerzo la
puerta de entrada, estaba sentado un tipo que vestía una cazadora
ligera de gamuza de color canela. Cuando entré no levantó la vista
del diario que estaba leyendo, pero tuve la certeza de que mi
presencia no le había pasado inadvertida. Conforme me acercaba iba
calculándole la edad: estaba entre los cincuenta y los sesenta. Un
poco más tarde, cuando le miré a los ojos, pensé que no se podía
descartar que tuviese ciento veinte años de dura vida.
Hay muchas maneras de vivir
los años.
Frente al hombre un vaso vacío
esperaba que alguien se apiadase de él. Un cenicero de metal
amarillo, con la marca de una bebida alcohólica impresa en letras
rojas, mostraba un par de colillas antiguas y una que aun humeaba.
-¿Paquete?, -pregunté cuando
estuve frente a él.
-¿Nos conocemos?.
-Amigos comunes.
-Ya, Maruchi.
-Si, soy Atila.
-Siéntate, Atila.
Cuando me senté observé la
posición de su pie, estaba apoyado en la mesa de forma que si
hubiese detectado un movimiento sospechoso por mi parte, la habría
empujado con fuerza sobre mi cuerpo. Yo he usado el truco en un par
de ocasiones.
Mientras no te salgan de las
sombras, como hizo Ayoub, puede funcionar.
Siempre es mejor que permitir
que te peguen un tiro sin hacer nada para impedirlo.
Él se dio cuenta de que la
posición de su pie sobre la mesa no me había pasado inadvertida y
se permitió una ligera sonrisa. La gente que comparte costumbres
está cerca de compartir también amistades o al menos enemigos.
En nuestro caso Maruchi La
Desdentá.
Me pregunté si a él también
le cobraría
-¿Quieres beber
algo?,-`preguntó el amigo de Maruchi.
-¿Tú que bebes?.
-Cicuta.
-Bueno, pues eso,- de nuevo la
sombra de una sonrisa curvó sus labios pero no dijo nada, solo
levantó la mano en dirección a la barra, mostrando dos dedos. Al
cabo de un momento, un camarero que a juzgar por su aspecto debía
ser quien recogía el serrín, trajo un vaso y lo depositó frente a
mí.
Recé para que al recoger el
serrín usara una pala.
Bebí un sobo de la bebida.
Probablemente no era cicuta, pero mucho mejor no me sentaría. Añoré
el Vat 69 del paki de la esquina. Ni me atrevía a pensar en la
botella de Lagavulin dieciséis años que me esperaba en casa. Me
hubiese puesto a llorar.
Y los tipos duros no lloran
delante de otros de su mismo pelaje.
Se te comen.
-¿Y qué quieres de mi,
Atila?.
-Información sobre las mafias
que operan en Barcelona.
-¿Llevas un grabador encima?.
-No soy un periodista de
salón, Paquete.
-Repetiré la pregunta ¿llevas
un grabador encima?.
-No, no llevo un grabador
encima.
-Eso está bien, ¿piensas
poner por escrito en algún sitio lo que te cuente y citar las
fuentes?.
-Es posible que tenga que
presentar un informe a mi cliente pero no tengo necesidad de citar
fuentes, ni siquiera de contar la mayor parte de lo que me cuentes,
supongo.
-¿Quién es tú cliente?.
-Si sigues haciendo preguntas
te pasaré factura,-sonreí para que viera que estaba bromeando.
-Claro hombre, pasa factura
¿quién es tu cliente?.
-No debería decírtelo.
-Tranquilo, puedes levantarte
y largarte. Ni siquiera hace falta que pases por la barra a pagar,
eres mi invitado.
-Si no hay nombre no hay
información, ¿no es eso?.
-Chico, tú tienes estudios.
-Fausto Baliarda.
-Ya, no le conozco.
No me lo creí, me encogí de
hombros para que se diese cuenta y esperé.
Su expresión me explicaba lo
poco que le importaba si yo me lo creía o me lo dejaba de creer.
Bebió un sorbo corto de su vaso, repiqueteó ligeramente con los
dedos sobre la mesa y comenzó a hablar con un tono de voz monótono,
casi doctoral.
-Dicen que en Barcelona operan
más de quinientas mafias,-dijo el ex policía y en su expresión se
reflejó una mezcla de desilusión y añoranza,-pero no es cierto.
Muchas de esas mafias no son más que grupos relativamente
organizados de delincuentes de diversas nacionalidades, que aunque no
merezcan el nombre de mafia pueden ser activos y peligrosos.
Eventualmente pueden tener algún contacto con una mafia real, pero
al contrario de ellas, si les pegas un tiro se acabó, muerto el
perro se acabó la rabia, en una mafia de verdad matas a un perro y
ya tienes a la jauría husmeando tu rastro. Y por una cuestión de
prestigio vendrán a buscarte. Una mafia es tentacular y tiene muchas
maneras de defenderse, los grupos de delincuentes a los que me
refiero son como esos gusanos blandos de color rosado que salen
después de una lluvia intensa por las zonas fangosas, si les echas
sal encima se retuercen y mueren. Otro día, con otras lluvias, otros
gusanos circularan por el mismo barro, pero no tendrán ninguna
conexión con los que te cargaste, salen por el simple hecho de que
hay barro, que es su hábitat natural. Son malhechores que sobreviven
gracias a una justicia blanda, burocratizada, poco operativa, una
justicia como la nuestra. Te puedo poner un ejemplo para que me
sigas: esas familias de peruanos que operan en las autopistas
desvalijando coches de turistas en las áreas de servicios o
haciéndoles parar en medio de la autopista con cualquier excusa,
-que tienen una rueda desinflada o cualquier otra historia-, no es
una mafia por mucho que les llamen así. Les detenemos cada dos por
tres –al decir “detenemos” apretó los labios en un gesto que
expresaba dolor- y siempre son los mismos. Y si están en la calle es
por lo que te decía antes, no les ha defendido una organización
mafiosa, es debido a que nuestro sistema judicial es una mierda,
protege los derechos del delincuente y deja desprotegida a la
victima.
-Da la impresión de que no
confías mucho en nuestra policía.
-No confío nada en nuestros
jueces, ellos maniatan a la policía, y aun confío menos en nuestros
políticos, ellos maniatan a nuestros jueces. A los pocos que no
están al servicio del partido que en cada momento gobierne, me
refiero. Un juez verdaderamente independiente es tan raro como un
gato verde. Si quieres te lo cuento de otra manera, en este país
cada uno va a lo suyo y la justicia se va a tomar por culo. Y no
solo es una cuestión de corrupción política, la gente que legisla
sabe desde siempre que el ser humano abusa del poder, no importa como
lo haya conseguido, así que para evitar ese abuso crea unas leyes
que en primer lugar defiende al débil. Y el débil es el
delincuente.
-¿Como?.
-Claro hombre, frente a la
sociedad, frente a la policía, frente a todo el aparato del estado,
el débil es quien se les opone. Por tanto las leyes, de ese mismo
estado al que se oponen, es a ellos a quien primero tienden a
proteger. Claro que cuando un macarra te pega un navajazo o un
chorizo te pone una pistola en las narices y te roba, o cuando un
marrano viola a una mujer en un descampado, el débil eres tú, pero
en teoría ya se encargará la ley de él. Esa misma ley que le
protege de la fuerza desmesurada de la sociedad. Y el delincuente se
aprovecha de ello, -la expresión reconcentrada de Paquete decía
bien a las claras que aquel discurso rondaba con frecuencia por su
cerebro, probablemente quitándole el sueño más de una noche y la
paz de espíritu la mayor parte de sus días.
-Vamos a seguir con las
mafias, Paquete, ni la política, ni la filosofía a mi cliente creo
que le interese,-lo decía absolutamente en serio, hay cuestiones en
las que prefiero no pensar.
-A mi tampoco me interesas tú
y sin embargo estoy dispuesto a facilitarte la información que
quieres. Por lo tanto si me da por soltarte un rollo que se aparta un
poco de la cuestión, haz cuenta de que es una especie de
contribución a la mejora de mi salud mental.
Levanté la mano en señal de
paz, en realidad aquello lo hubiese dicho yo de estar en su lugar.
Y Paquete continuó hablando.
-No nos habíamos apartado
mucho del asunto que te interesa, no creas, de cualquier manera sigo:
mafias conformadas como tales en España hay bastantes. Incluso hay
alguna que no opera por intereses económicos que por supuesto es lo
más común.
-¿Y que buscan?.
-Servir a su ideología.
-¿Qué?.
-Tu vives en el Raval, ¿no te
ha extrañado nunca que a tantos árabes les roben el pasaporte?.
-No, no me ha extrañado,
viven mezclados con gente que roba lo que le viene a mano y no
importa si son árabes o escandinavos.
-Ya, y ¿de donde crees que
saca los pasaportes “legales” Al Qaeda?. Roban pasaportes por
todo el mundo a la gente de su raza. Y créeme, el Raval es un lugar
estupendo para recolectar pasaportes. Los pasaportes robados son
mejor que los falsificados y a un árabe no le sirve el pasaporte
robado a un escandinavo, por tanto se lo roban a un paisano.
-Si, ya veo. Y supongo que El
Raval es un buen lugar para robar pasaportes árabes.
-Lo es, aunque te arriesgas a
que el pasaporte robado sea falso.
-Ya. ¿Consideras a Al Qaeda
una mafia?.
-Si, a su manera lo es: se
divide en familias aunque les llamen de otra manera, tienen la
capacidad para intimidar e influir en la política de sus países,
basa su actuación en la violencia, maneja enormes cantidades de
dinero, trabaja con expertos financieros, abogados, corrompe
políticos. En lo único que se diferencia de las mafias conocidas
tradicionales es que su fin último es ideológico, o si lo prefieres
religioso. Al menos de momento, aunque también podríamos decir que
la religión es su herramienta de trabajo más poderosa, pero esto de
Al Qaeda es un terreno muy resbaladizo y no es el que más te
interesa a ti, así que vamos a dejarlo.
-Nunca lo había visto así,
pero…
-Vamos a dejar de lado también
a los políticos: lo suyo, aunque en ocasiones tome tintes mafiosos,
lo podríamos enfocar más bien como una cuestión corporativa.
-¿Corporativa?.
-Si hombre, si cuando tú
estás en el poder me proteges de mis choriceos, yo te taparé a ti
cuando la tortilla haya dado la vuelta, siempre que eso no colabore a
dar la vuelta al proceso electoral, en ese caso ya tendremos que
ponernos de color de padre. El proceso delictivo de los políticos
está enfocado a conseguir poder, lo que en el fondo representa
dinero, en este sentido no se diferencian demasiado de los
traficantes de droga o los tratantes de putas. La diferencia, si
tienes ganas de encontrar una, es que el mundo necesita de alguien
que ordene y negocie los tratados entre grupos que necesitamos para
vivir. Desde tiempos inmemoriales en el mundo han existido políticos,
guerreros y el resto. Desgraciadamente, la gente de a pie,
necesitamos de ambos colectivos
- Ya veo, los políticos
mandan, los guerreros pegan y todos los demás recibimos.
-Acabaras aprobando el curso.
-Paquete, a ti y a mi nos van
a meter en la cárcel.
-¿No has estado nunca en la
cárcel?.
-No, no he pasado nunca del
calabozo de comisaría.
-¿Lo pasaste bien?.
-Tuve suerte, un fulano con
pinta de mala gente me dijo que le gustaba mi reloj, que se lo diese
y luego ya veríamos.
-¿Se conformó con el reloj?.
-Se conformó con tres
hostias, una brecha en la cabeza y un diente menos.
-¿Había alguien más en la
celda?.
-Si, un pobre loco que al
empezar la refriega se puso a aullar en sordina.
-¿Qué te dijo el compañero
que vigilaba por allí al escuchar el follón?.
-Preguntó si aquel tipo se
había caído, le dije que si, y se lo llevaron. Luego volvió, me
ordenó que le enseñase las manos. Se las enseñé, la derecha la
tenía despellejada. La miró y me dijo que aquello se curaba solo,
que no era necesario buscarse líos con médicos e informes, y que al
fin y al cabo me iban a soltar en un par de horas.
-Es una historia bonita, muy
edificante.
-Tengo más de una así,
supongo que lo mío es mala suerte al elegir mis amistades.
-No te preocupes, es un virus,
¿continuamos con las mafias?.
-Por favor.
-Según una estadística
publicada últimamente, un porcentaje muy importante de los delitos
que se cometen en España, incluyendo delitos mayores y menores, son
cosa de rumanos.
-¡No me jodas!, si que son
trabajadores, yo les consideraba unos chorizos de tres al cuarto,
vendedores de mecheros y tocadores de acordeón en el Metro.
-Eso es para crear un decorado
conveniente que tape lo que realmente da dinero, no te das cuenta de
que apenas tienen interés en la pobre recaudación que pueden
conseguir.
-Ahora que lo dices…
-No te puedes hacer una idea
de lo que les gusta el trabajo, controlan el sesenta por ciento de la
prostitución en nuestro país, son sin la menor duda los principales
tratantes de putas…
-Lo dices como si las putas
fuesen caballos.
-Para mi no, para ellos si.
-¿Estamos hablando de trata
de blancas?.
-Solo en un pequeño
porcentaje, echándole cinismo al asunto podríamos decir que en la
mayoría de los casos se trata de desajustes laborales. Básicamente
las mujeres que se prostituyen en España controladas por los clanes
rumanos ya son putas en Rumania. Las reclutan allí prometiéndoles
ganancias fabulosas en el mundo del Euro, les aseguran que si vienen
a trabajar a España de su mano ganaran una pasta gansa, les hacen
los números, por cada polvo tantos euros, por cada mamada tantos
euros, les cuentan que España es un país de gente reprimida que se
pasa todo el día gastando montones de dinero en putas. La historia
escrita por los tratantes de carne rumanos dice que los españoles
somos una manga de cabrones a los que nos sobra el dinero para
compensar que no tenemos energía ni para meneárnosla. Eso para una
puta es como el canto de todos los ángeles del cielo, la filarmónica
celestial interpretando baladas de los Carpatos mientras ellas se
malfollan a un tipo más caliente que el mango de una sartén. Les
dicen: tú te llevarás el cincuenta por ciento de toda esta pasta,
nosotros te daremos casa, protección, lo que necesites. Y ellas
pican y aceptan encantadas, van a dejar a esos gilipollas de
españoles mal follados sin un euro. Las traen desde Rumania en
furgonetas de la organización, como si fuesen ganado. Y la realidad
es que en cuanto llegan aquí lo son. Lo que les dan en lugar de un
adelanto para que inicien su fortuna es una buena mano de hostias,
les dicen que han contraído una deuda que oscila entre los tres mil
y los cinco mil euros y que no cobraran un chavo hasta que hayan
cubierto la deuda. Así que a callar, al polígono industrial medio
desnudas por frío que haga, -al fin y al cabo comparado con el suyo
nuestro clima es Hawai- y a mover el culo. Les ponen un cupo de
servicios al día que pueden llegar a los doce.
-¿Y cuando han cubierto la
deuda?.
-Pues otra buena mano de
hostias y las venden a otra organización. Van pasando de mano en
mano hasta que a ellos les da la gana. Alguna de ellas se queda en la
organización como gancho, como controller o si es muy buena puede
pasar a una casa más o menos de lujo, aunque lo cierto es que no
acostumbran a pasar del club de carretera. Claro que siempre es
mejor eso que el polígono industrial o una esquina de la calle San
Ramón en el Raval o la calle de La Montera de Madrid.
-Se habla de mujeres que nunca
se han dedicado a la prostitución ni tenían intención de hacerlo,
tú lo has definido como un problema laboral por sucio que sea.
-Si, también se da, sobre
todo en chicas muy jóvenes, las pueden captar en pueblos muy pobres
de ámbito rural, en Rumania, quizás la propia familia tenga algo
que ver, eso ya es más difícil de comprobar, también las reclutan
en centros de acogida en España. Pero no es, con mucho, el grueso
del negocio, no lo es por razones lógicas.
-¿Por razones lógicas?,
dices.
-Claro hombre, no seas
inocente. Para putañear por la calle o por la carretera ¿quien te
parece que va a rendir más?, olvídate de millonarios caprichosos
enamorándose de una puta jovencilla que aun no ha aprendido a
sonarse los mocos. Si has visto Pretty Woman olvídala, estamos
hablando de la vida real. -Dime una cosa: si tuvieses una carnicería
y necesitases una dependienta, ¿qué harías, irías a buscarla a la
carnicería vecina ofreciéndole mejor sueldo o secuestrarías a una
directora de Marketing y le pondrías una pistola en la sien
obligándola a cortar carne todo el día para que no le pegues un
tiro?, ¿quién crees que te daría más rendimiento?.
-La carnicera de la esquina,
supongo.
-Pues claro, la carnicera de
la esquina y además sin problemas legales. La directora de Marketing
en un descuido se te escapa y te monta un cirio que por mucho que
nuestra justicia sea como es nunca será deseable para el
delincuente.
-¿Cuándo hablas de menores,
a que edad te refieres?.
-Entre quince y diecisiete
años, nunca menores de quince años.
-¿Por qué nunca menores de
quince años?. No me digas que les parece poco ético.
-Que ética ni que leches. A
ellos les da lo mismo que un energúmeno de polla desproporcionada se
folle a una chiquilla de once años, mientras pague. Su problema en
este caso es que la ley española considera que la relación sexual
con una menor de quince años es una violación. Si es mayor de
dieciocho y la relación es consentida, y con una puta la relación
lo es, excepto unas pocas deshonrosas excepciones, esa relación la
ley la considera comercio carnal lícito. Entonces nos queda esa
franja de edad entre los quince y los dieciocho años, ahí la ley
considera que se trata de un delito de corrupción de menores.
-¿Y?.
-Es suficiente para que el
proxeneta vaya a la cárcel, pero en la mayoría de los casos no va.
-¿Por qué?.
- En resumen debido a que la
ley española es blanda como la teta de una monja de ochenta y cinco
años. Aunque si quieres más razones, podemos apuntar que la
chiquilla, presionada, asustada, amenazada con represalias a sus
familiares ayuda a su proxeneta. Tampoco es descartable que
determinadas asociaciones de ayuda al inmigrante monten la de Dios es
Cristo para conseguir no sé que coño de la Administración y acusen
a la policía de racismo. No olvides que estamos hablando de
ciudadanos extranjeros, aunque si hemos de ser sinceros tienden más
a ayudar a la victima directa, por mucho que no lo sea, que al
instigador que es mucho más culpable. Lo contrario, como te he dicho
obedece a razones más cercanas a la política que a su razón de
existir, totalmente loable. En según que casos hasta nos hemos
tenido que enfrentar a las protestas del Consulado rumano, al cual
por cierto sus paisanos se la traen al pairo, pero una buena protesta
en un momento adecuado siempre rinde beneficios políticos. No
podemos olvidar que los abogados de los acusados, -que los tienen
porque ahora si que estamos hablando de una mafia poderosa-,
consiguen enmarañar a la justicia paseándose por alguno de los
muchos agujeros que a modo de queso de gruyere tiene el sistema
jurídico español y especialmente la forma de aplicarlo. Los
abogados criminalistas son la sarna de la policía, te cae uno encima
y estás jodido, ya puedes estar seguro que no pararas de rascarte en
lo que te queda de vida, juegan con tus nervios, hacen con ellos una
bola y la usan en sus partidos de golf, estas desquiciado cuando
acaban contigo, especialmente porqué sabes que al final conseguirán
librar de la cárcel a un hijo de puta que te has pasado
persiguiendo, incluso jugándote la vida, durante meses, incluso
años.
-Bueno, en alguna ocasión
libraran de la cárcel a algún inocente.
-Claro, y de vez en cuando a
alguien le toca la lotería o la mujer a la que deseas se te insinúa,
pero no puedes ir por la vida pensando que te va a suceder.
-Ya decía yo que algo fallaba
en mi vida.
-¿Quieres que continúe o
prefieres que sigamos dándole a las chorradas de salón.
-No, sigamos con las putas.
-De acuerdo. Aunque lo que te
voy a decir ahora queda muy feo y poco caritativo, no es descartable
que la puta no quiera dejar esa forma de vida, porqué le gusta o
porque la han enganchado a las drogas y su esclavitud es una manera
de conseguir su dosis de mantenimiento. Total que la puta menor de
edad, después de una temporada de descanso en un centro de acogida
saldrá de nuevo a la calle y el proxeneta, que ya la espera, en
muchas ocasiones en la misma puerta del Centro de Acogida, la seguirá
explotando con su aquiescencia o sin ella. Aunque lo más fácil, por
más seguro, es que la venda a otra mafia y le cambien el lugar de
trabajo.
-No por su seguridad si no por
la de su chulo.
Muy bien, vas aprendiendo,
sigue así y al final de curso te apruebo.
-¿Y no hay un seguimiento de
esta chica por parte de las autoridades, del centro que la ha
acogido? Supongo que para eso está la asistencia social.
-Si, pero no puedes hacer un
seguimiento de alguien que ha desaparecido, por eso te he dicho que
es más seguro cambiarle el lugar de trabajo. Y si preguntas a su
entorno, el cual estará controlado por la propia mafia, te dirá que
la chica ha regresado a Rumania.
-Paquete, lo que me cuentas es
real o es tu propia versión.
-Mi propia versión, por
supuesto, exagerada adrede para ti, para que esta noche, cuando
quieras soñar con la mamá de Bambi se te aparezcan esas pobres
criaturas y no puedas dormir. Pero te doy el remedio, solo tienes que
pensar que la realidad es la del director y guionista de Pretty
Woman, ya te lo he dicho antes, ¿a que estaban maravillosos Richard
Gere y Julia Roberts?.
-Si, yo la veo cada fin de
semana.
-Yo también. Y ¿sabes que es
lo más jodido de todo este podrido asunto?.
-A mi todo me parece jodido.
-La ignorancia del ciudadano.
-¿Que tiene que ver la
ignorancia del ciudadano con las putas y sus proxenetas.
-Tiene que ver, quizás no
haya una relación directa y evidente entre la mendicidad y el
control de la prostitución y sus consecuencias, pero estamos
convencidos de que la legión de rumanos que practican la mendicidad
por nuestras calles forma parte de la misma mafia que explota
sexualmente a mujeres y trafica con droga. No nos cabe la menor duda
de que los mendicantes forman parte de una mafia, no podemos asegurar
que sea la misma, cierto, pero todo indica que si lo es. Así que
cada vez que un alma caritativa da una limosna a una gitana rumana
–quien por cierto, si puede, al menor descuido le robara el
monedero y hasta el alma-, está reforzando el sistema financiero de
una mafia mayor que trafica con mujeres, con drogas y convive con
otras mafias.
-Paquete, creo que no hay la
menor duda acerca del enorme volumen de dinero que puede mover la
gestión de la prostitución en las grandes ciudades, tampoco acerca
de la que mueve la droga, pero ¿la mendicidad?. ¿Quieres decir que
no tienes algo personal con el pueblo rumano?.
-No, en absoluto, ¿por qué
lo iba a tener?.
-Vete a saber, pero Rumania es
un país pobre, tiene una capacidad de relación con el resto del
mundo, que siendo optimistas podríamos calificar de lamentable, las
grandes mafias son organizaciones poderosas, no veo a Rumania
generando ese tipo de organización.
No se lo dije a él, pero
Paquete comenzaba a parecerme un tipo resentido y afectado por una
paranoia galopante. No dudaba de que sus conocimientos al respecto de
las mafias superaba con creces al mío, que si he de ser sincero era
cercano a cero, sin embargo cualquier conocimiento puede verse
alterado por factores externos, sin dejar de ser conocimiento.
Y la locura es un factor
externo importante.
La xenofobia galopante,
también.
Paquete debía ser adivino,
paró de hablar, me dirigió una mirada que oscilaba entre la
resignación y el cabreo, dio la impresión de estar decidiendo que
era lo mejor que podía hacer conmigo y finalmente retomó el hilo de
la conversación.
-Mira hijo, no soy etnólogo,
lo mío es perseguir a delincuentes sin pensar si son chinos,
rumanos, peruanos, moros, senegaleses o naturales de Badajoz. Me
entero de donde vienen cuando ya los he trincado, no escojo la etnia
para perseguirlos, voy detrás del delito. Yo no hago las
estadísticas que muestran que determinada etnia residente en nuestro
país engrosa de forma exagerada la población delincuente y reclusa.
No juzgo a determinado colectivo. No dudo que en Rumania o en
Madagascar hay gente de bien, ni siquiera dudo que, en nuestro país
hay montones de rumanos decentísimos o marroquíes cristianos, lo
que te aseguro es que una parte muy importante de los delitos
cometidos en España son achacables a mafias rumanas. No estoy loco,
no soy racista, soy policía.
-No he dicho nada de eso.
-No, solo lo estabas pensando.
Ahora te voy a dar algún dato, ¿aprobaste el bachillerato?.
-Claro, a la mala vida me
dediqué algo más tarde.
-Y no se te han olvidado las
cuatro reglas, ¿cierto?.
-Déjate de chorradas,
Paquete.
-Chorra lo será tu madre,
cállate y escucha. Recuerdas a los primeros mendicantes rumanos: se
sentaban en el suelo, embozados como un espía medieval, normalmente
con un bocadillo, escondido entre los harapos, que comían a grandes
bocados cuando creían que no les veían. Hacían gala de mocos
colgantes, cuando pasaba un transeúnte tendían al mano y largaban
un lamento inarticulado “Aaaaaaaah, aaaaaaaaah” como si ya no les
quedasen fuerzas para decir nada más. Si oías ese lamento en uno ya
lo habías oído en todos, era idéntico, tenía su marca de fabrica,
estaba patentado y registrado, pensado y organizado para lograr la
mayor eficiencia. Durante años hemos escuchado este lamento en el
metro, en la puerta de supermercados, esquinas de tráfico abundante,
en cualquier lugar donde pasara gente dispuesta a soltar unas
monedas. Lo han usado hasta que ha dejado de ser eficiente, la gente
ya no se cree el lastimero “Aaaaaaah”, ahora los ves en los
mismos sitios, la misma mano tendida, pero ya se han deshecho del
embozo que les identificaba como gitanos rumanos, ahora una mujer o
un hombre (antes eran solo mujeres) cuando pasas cerca suyo te
saludan con un amable “hola” o “buenos días” al tiempo que
tienden la mano para recibir el dinero. En el metro todos, sin
excepción usan el mismo cántico y con la misma entonación:
“siñora, siñorite, por favor, sono un povereto da la Romania, no
teño comida, teño ninio, no teño pañales, pooooo favor”. Lo
curioso del caso es que han cambiado la estrategia todos en bloque,
no uno más espabilado o más innovador, no, todos en bloque, son las
órdenes que reciben de Dirección Comercial por decirlo así. Si
comprueban que el nuevo sistema es mejor que el anterior lo incluirán
en el libro de procedimientos. Es una mafia perfectamente organizada,
con sus conductores, sus técnicas de cultivo de limosnas, sus cuotas
de venta. Piden y roban. Los más cualificados para el robo, roban,
los menos piden limosna, los que no dan suficiente pena o no tienen
aptitudes para el robo, venden mecheros, cantan o hacen sonar un
acordeón, lo que sea, una mafia no acepta parados, se tiene que
ganar la jubilación. Otra cosa es que la reciban, aunque eso a
nosotros nos tendría que dejar indiferentes. Al principio,
recuérdalo, las gitanas rumanas más jóvenes se paseaban entre las
mesas de las terrazas de las cafeterías, llevaban en la mano La
Farola, el periódico del mendicante, se acercaban a la mesa donde
alguien había dejado el teléfono móvil que acababa de usar o el
billetero, lanzaba su lamento lastimero al tiempo que dejaba La
Farola sobre el teléfono y tendía la mano para recibir la limosna.
Cuando levantaban el periódico para marcharse, hubiesen recibido o
no la limosna, se llevaban diario y teléfono o billetero, y si en
lugar de teléfono o billetero sobre la mesa había cualquier otra
cosa de valor no le hacían ascos. Usaron este modus operandi hasta
que la gran mayoría de la gente ya estaba avisada y en cuanto las
veía llegar comprobaban que su teléfono estuviese bien guardado y
sobre la mesa solo reposara el vaso de agua tónica. Se lanzaron
entonces sobre las terrazas donde solo había guiris que no las
conocían, el sistema duró hasta que los camareros no las dejaron
acercarse. Y entonces dejaron de usar el método. Pero todas de
golpe, porqué las órdenes ya no eran esas, el nivel de ingresos
hora había bajado, ya no era rentable. Es una organización
jerárquica y eficiente. Nuestro país está sumido en una crisis
que posiblemente aun durará unos años, solo con que tengas un
cierto poder de observación podrás comprobar que la mayor parte de
los mendicantes rumanos se han esfumado, quedan los que se dedican al
negocio serio: putas, droga, robos al por mayor de instalaciones de
cobre, porque por mucha crisis que haya eso seguirá siendo negocio.
También queda el reten de guardia que sirve de coreografía, pero
aquellas nubes de mendicantes que aparecian por todas partes ha
disminuido.
Recordé la terraza del
Zurich, camareros espantando gitanas, la acera de la Plaza Cataluña
a la altura del Rock Café, guiris rodeados de gitanas rumanas
persiguiéndolos con la mano tendida, componiendo en una coreografía
zafia.
Paquete seguía hablando.
-En otro sentido son capaces
de desplazarse a cualquier ciudad importante del mundo, siempre a un
país con alto nivel de vida, al otro lado del Atlántico si es
necesario. ¿Quién les paga el viaje?. A una compañía aérea no le
pueden gemir “Aaaaaaaaaah” y esperar que les regale el billete a
Sao Paulo, así que pagan los billetes. Y se desplazan por
centenares, eso cuesta una fortuna. Pero es una buena inversión, te
lo aseguró, ¿quién paga la inversión? Si ellos son, como nos
hacen creer, pobres de solemnidad que no tienen que comer, que
duermen en el suelo y no tienen pañales para el “ninio”, porque
son “poveretos da la romanía”, ¿quién paga la inversión”.
El gobierno rumano está encantado de que se larguen a cualquier
lugar del mundo, no tenerlos allí ya es suficiente descanso. Pero la
generosidad del gobierno rumano no llega a sufragarles el viaje
porqué de cualquier forma regresan y no lo hacen para establecerse
como comerciantes o trabajadores por cuenta propia, seguirán
mendicando, lo llevan haciendo durante siglos, no saben ni quieren
hacer otra cosa. ¿Quién asume pues el papel de banquero para esa
gente?.
Empezaba a pensar que si
Paquete era un loco paranoico, en todo caso era un paranoico muy
lucido. De acuerdo que los paranoicos acostumbran a ser gente lúcida,
pero a mi nunca me ha molestado la lucidez, así que decidí seguir
escuchando.
-La mafia, hijo, la mafia.
Pues ahora empieza a refrescar los conocimientos de matemáticas que
te enseñaron en la escuela, porque vamos a hablar de dinero.
Era la segunda vez que Paquete
me llamaba hijo, nuestra edad no difería en tantos años para
justificar el apelativo, lo que hacía era decirme que, en la materia
que debatíamos, él era quien sabía y por tanto quien mandaba. Yo
debía escuchar y callar.
Y si lo pensaba bien, me
convenía.
-Lo qué tu digas, amigo.
-No soy tu amigo, Atila,
experimento una profunda humanofobia y la gente como tú que sin
saber de que va la historia tiene profundas convicciones, me la
agrava.
Me mantuve en silencio,
aclararle a aquel tipo, rasposo como la lava, que mis convicciones
acerca de la bondad del ser humano ya estaban profunda y
suficientemente depauperadas sin necesidad de su discurso, me pareció
poco interesante.
Él seguía hablando.
-Pero te voy a dar una
información para que el día que no puedas dormir pienses en ella.
Las mafias, al contrario de lo que cree mucha gente no florecen en
medio de la riqueza para aprovecharse de ella, florecen en el
descontrol creado por la miseria, así que cuanto más miserable y
poco estructurado sea el país, mayor es la posibilidad de que genere
una mafia robusta. Y si el descontrol es suficientemente importante
el propio estado puede convertirse en una mafia, o en el mejor de los
casos en un importante colaborador de la mafia que de una manera o de
otra crea riqueza.
-¿Me estás diciendo que la
mafia puede ser la solución de un país en crisis?.
-Puede parecerlo, pero no lo
es, la riqueza creada por una mafia nunca tiene una distribución
deseable y se sostiene con abusos, asesinatos y más descontrol. El
problema es que cuando una mafia ha arraigado en un país pobre
erradicarla es casi imposible. Es la mafia quien tiene el dinero y la
organización y al no verse en la obligación de atenerse a más ley
que a la que le conviene en cada momento tienen una capacidad de
maniobra muy superior a las fuerzas policiales.
-¿También superior a la de
jueces y magistrados?.
-Tienen el dinero suficiente
para comprar a una buena cantidad de ellos. Y no me preguntes acerca
de los políticos, la respuesta es que también.
-Supongo que no descartas que
compre a policías.
-Son a los primeros que
compran, manzanas podridas las hay en todos los cestos.
Decidí cambiar el rumbo de la
conversación aunque fuera por unos momentos.
-Disculpa Paquete, ¿tú
siempre bebes cicuta?.
-No, solo cuando tengo
invitados.
-¿Puedo invitarte a un
whisky?.
-No me voy a ofender si lo
haces.
Me levanté para ir a la barra
a pedir los whiskies, el paseo me sirvió para oxigenar mis
recalentadas meninges, empezaba a estar mareado. Y la fiesta no había
hecho más que empezar.
En la barra el camarero de
aspecto ruin que nos había servido la cicuta se había desplazado
hacia un extremo y mantenía un conciliábulo con un descendiente de
Jack el Destripador que parecía hacerle proposiciones irrechazables,
a juzgar por sus gestos de asentimiento. Su lugar, detrás del
mostrador, lo ocupaba una adolescente de desarrollo físico prematuro
y muchos años vividos en pocos meses, que me preguntó que deseaba
como si fuese capaz de satisfacer todos mis deseos.
Pedí dos whiskys sin hielo.
Estudió un momento la hilera
de botellas, escogió una de Cutty Shark y escanció dos vasos
largos. Los puso frente a mí mirándome directamente a los ojos.
-¿Así está bien?,-preguntó.
-Por hoy si,-le respondí.
Nunca se sabe cuando vas a necesitar meterte en un lío, así que
nunca digas de esta agua no beberé ni este cura no es mi padre.
Y aquella ninfa parecía capaz
de buscarte uno de los buenos.
NOTICIA APARECIDA EN EL
TELETEXTO DE TVE LOS DÍAS 3/11/2012
La Guardia Civil y la Policía
Nacional han detenido en los últimos cinco meses, en la denominada
“Operación Indalo 2012” a treinta y cinco responsables de
introducir inmigrantes por las costas españolas y han rescatado a
dos mil doscientas cuarenta y tres personas victimas de redes
mafiosas.
En la misma operación han
sido también arrestados ochenta y cuatro presuntos narcotraficantes
a los que se han incautado treinta mil trescientos sesenta y ocho
kilos de hachis.
En relación con el tráfico
de drogas se han intervenido treinta y dos embarcaciones, once
vehiculos, teinta y seis motores, nueve motos náuticas y dos
tractores.
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